Antes del comienzo de retomar la actividad los sindicatos están pidiendo más medidas de prevención para una reactivación más segura en el sector de la construcción, antes la pandemia mundial.
El gobierno pretende aliviar el malestar general en el sector, por el último parón decretado hace una semana, y aprovechando la cercanía de la semana santa fue el detonante para acelerar esta medida.
La decisión de robustecer el estado de alarma está establecida en las recomendaciones del comité técnico que asesora al Gobierno, y que estima que los niveles de movilidad deben reducirse en los días laborales a los que ya están registrando durante los fines de semana.
Los motivos argumentados por el comité técnico, y explicados por el director de coordinación de epidemias, Fernando Simón, son la sobrecarga de las instalaciones hospitalarias en las fases más críticas, dado que el movimiento por las UCI es muy prolongado, y para evitar problemas en las comunidades más afectadas, es preciso intensificar la lucha contra el contagio.
En la reunión entre el Gobierno y los agentes sociales, comentaron que la intención del gobierno es permitir la vuelta a la actividad de sector de la construcción e industria, aunque exigiendo la adopción de medidas de protección de los trabajadores y tomar medidas drásticas sobre el distanciamiento físico entre ellos.
En el sector de la construcción ampliar y adoptar los planes de prevención de riesgos laborales y la obligatoriedad de llevar mascarillas y guantes.
Aunque es difícil tener una cifra exacta, se calcula que la paralización de las obras puede estar suponiendo unas pérdidas diarias de 345 millones de euros.
Y a todo esto, hay que añadirle la bajada del beneficio industrial en el sector de la construcción estos últimos años. En la costa de sol se han adjudicados proyectos por debajo del precio de coste, es por ello que algunas constructoras ya presentaron concurso de acreedores y con todo este panorama se teme un ascenso en dichos concursos.