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El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, ha advertido hoy que si la inflación sigue bajando los tipos de interés reales tenderán al alza, lo que puede comportar una reducción del consumo y de la inversión.

Linde ha participado hoy en la jornada de clausura de la XXXI Reunión del Círculo de Economía de Sitges, donde ha expuesto que la cercanía a una dinámica de deflación puede llegar a estimular el aplazamiento de decisiones de gasto por hogares y empresas.

«Los períodos largos de muy baja inflación crean riesgos para la estabilidad de precios a medio plazo, para la actividad económica y para la estabilidad financiera», ha afirmado.

Linde ha explicado que en las economías que registran un alto nivel de deuda pública o privada, los tipos de interés reales muy altos o al alza pueden «exacerbar» las dificultades para conseguir una reducción del endeudamiento de hogares, empresas y sector público porque, aunque el ‘stock’ de deuda permanezca constante en términos nominales, aumentará en términos reales.

«El ajuste macro de una economía muy endeudada en un entorno de muy baja inflación o, aún más, de deflación, se vuelve difícil y complejo», ha detallado Linde.

El máximo responsable del Banco de España ha recordado asimismo que si la situación de baja inflación se prolonga y se acerca a la deflación, llegaremos a tipos de interés muy bajos o, incluso, negativos, lo que entrañaría riesgos adicionales para los inversores institucionales, para la asignación de recursos y para el buen funcionamiento del sistema financiero.

«Esta fue la situación que vivimos en el área euro en la segunda mitad del año pasado», ha asegurado Linde, que ha destacado que, ante esta situación, el Banco Central Europeo (BCE) decidió ampliar las herramientas disponibles para la política monetaria, añadiendo un programa de compras de activos privados y después la compra de deuda pública.

Compra de activos
Linde ha considerado que la compra de activos del BCE ha contribuido, de modo claro, al «reanclaje» de las expectativas de inflación, frenando y revirtiendo el aumento en los tipos de interés reales.

El gobernador se ha referido también al papel de las políticas económicas que han llevado a cabo los países que han tenido que corregir los desequilibrios acumulados en los años previos a la crisis.

Ha señalado, en este sentido, que las reformas que favorecen la moderación salarial y una contención de las tasas de inflación pueden deprimir, en una fase inicial, la demanda doméstica, debido a los menores salarios, al incremento en el valor real de la deuda y, en algunos casos, a los aumentos en los tipos de interés reales.

Sin embargo, ha agregado, estos efectos iniciales adversos pueden ser compensados e incluso superados por las ganancias en competitividad, el aumento en las exportaciones y la mejora en la confianza que afecta positivamente a las decisiones de consumo e inversión y generan empleo y crecimiento.

Ha remarcado, a este respecto, que la economía española es «un buen ejemplo» de la interacción positiva que puede darse entre las reformas estructurales y la política monetaria.

«La política monetaria y las reformas estructurales, cuando se aplican a la vez, se refuerzan mutuamente y pueden llevar a sinergias muy positivas», ha incidido.

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